Justo han otorgado el premio Planeta, que me he acordado de Antonio Gala. De como enamoraba con sus palabras cultas, dulces pero profundas.
Escritor de raíz, sensible hasta el alma; respetuoso con la humanidad que él mismo emanaba.
Pasión auténtica con aires exóticos, quién sabe si inspirado por algún corazón anónimo.
Letras vibrantes con aroma de limón.
Demoníaco con amor.
Fuera del sistema «tú me lo das, yo te lo doy».
Es de esos personajes que se añoran de verdad.